Acacia melanoxylon R.Br. in W.T.Aiton Ámbito:

Terrestre

    Origen:

No nativa

    Identificador:

1912

Originaria del sudeste de Australia (Queensland, Nueva Gales del Sur, Victoria, South Australia) y de Tasmania, donde habita en bosques húmedos.

Florece de marzo a junio. Se reproduce muy bien por semilla, las cuales pueden permanecer viables en el suelo hasta 50 años. También se reproduce por vía vegetativa mediante brotes de raíz. Al igual que ocurre con otras especies del género Acacia, su carácter invasor se acrecienta después de los incendios, al estimular el fuego la germinación de las semillas.

La degradación y perturbación de la cubierta vegetal favorecen su expansión. Como leguminosa que es, los nódulos de sus raíces tienen capacidad para fijar el nitrógeno atmosférico, pudiendo alcanzar un ratio de hasta 32 kg/ha/ año. Es una especie muy longeva, cuya vida puede superar los 100 años.

La hojarasca de este árbol, al descomponerse libera en el suelo compuestos fenólicos con efectos alelopáticos sobre el resto de las especies vegetales, impidiendo su germinación y crecimiento.

Necesita climas templados, perjudicándole los fríos invernales intensos. Por ello no suele ascender a altitudes superiores a los 500 m en el noroeste de la Península Ibérica. Tiene cierto carácter acidófilo, prefiriendo los suelos silíceos algo profundos.

Debido a sus efectos alelopáticos, es capaz de eliminar a casi toda la vegetación competidora, creando unas comunidades florísticamente muy pobres. En Galicia, es uno de los elementos que, junto con los eucaliptos, están contribuyendo de manera más decisiva a los cambios en el paisaje y a la pérdida de biodiversidad. En esta región y en el occidente de Asturias se localiza preferentemente en las plantaciones de eucalipto y en las orlas de los bosques.

Se ha citado subespontánea en Asturias, en el interior de un pinar de la localidad gerundense de Blanes y en el salto de Saucelle en Salamanca. C, GI, LU, O, OR, PO [Cíes], S, SA. Tendencia demográfica expansiva en Galicia y en el oeste de la Cornisa Cantábrica.

Los métodos preventivos y mecánicos de control para esta especie son los mismos que hemos señalado para Acacia dealbata. En Hawaii se ha utilizado con éxito el herbicida triclopir, que aplicado en dosis correctas, presenta baja toxicidad para aves, mamíferos, peces e invertebrados acuáticos. Debe aplicarse sobre árboles en crecimiento activo, procurando mojarlos bien, siempre y cuando la temperatura no sea superior a 25 ºC. En su formulación comercial Garlon 4 (triclopir 48 % p/v, EC), que es la más recomendable para tratar tocones gruesos, se deben diluir 20-80 cm3 del producto en un litro de gasoil y aplicar con el equipo adecuado.

En lo referente a los métodos de control biológico, los más eficaces parecen los agentes introducidos que actúan depredando las semillas. En Sudáfrica, Trichilogaster acaciaelongifoliae (Hymenoptera), utilizado con éxito para el control de Acacia longifolia, ha ampliado su espectro de huéspedes a Acacia melanoxylon, haciendo concebir esperanzas de que pueda reducir su potencial reproductivo. En este mismo país, donde las acacias invasoras son un grave problema ambiental se está investigando con coleópteros del género Melanterius (Curculionidae) y algunos dípteros de la familia Cecidomyiidae para utilizarlos como agentes de control biológico.