Digitalis purpurea L. Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

4051

Se encuentra en Europa occidental y norte de África; en casi toda la Península Ibérica, más rara en Levante y Cataluña, también en Tenerife.

Florece de abril a septiembre (noviembre).

Es silicícola y vive sobre granitos, pizarras, cuarcitas, en terraplenes, claros de bosque, hasta 2900 m.

Hoy día se mantiene en la memoria colectiva el conocimiento sobre las propiedades cardiotónicas de la dedalera. Su uso se ha abandonado debido a la experiencia adquirida en torno a su peligrosidad y la dificultad de manejar una dosis correcta. Desde el punto de vista científico este riesgo se basa en que la dosis terapéutica es próxima a la dosis letal. Aunque su toxicidad es bien conocida, no en todas las zonas se le otorga la misma importancia.

En este sentido, cabe señalar que todavía se emplea de forma muy localizada para regular la tensión arterial, por lo que sería conveniente realizar campañas informativas dejando claro que su empleo no es recomendable sin supervisión médica. Aunque se mantienen otros usos medicinales, lo más probable es que se abandonen estas prácticas tanto en etnomedicina como en etnoveterinaria. Debido a la belleza de sus inflorescencias, su uso ornamental en parques y jardines es muy acertado.

Su cultivo requiere una humedad e insolación elevadas. Aunque ya se no se recoge para su venta a laboratorios, hay que tener en cuenta que la obtención de compuestos cardenólidos a partir de D. purpurea reviste gran interés.

Por ello no habría que descartar la posibilidad de su cultivo, especialmente si se tiene en cuenta las excelentes perspectivas que está ofreciendo la investigación farmacológica por los efectos que los glucósidos cardíacos puedan tener sobre patologías como el cáncer o la diabetes mellitus. Los usos sociales, simbólicos y rituales prácticamente se han perdido quedando tan solo algunos vestigios en torno a la noche de San Juan, que podrían mantenerse debido al auge de las fiestas tradicionales.