Pasar al contenido principal

Plantas vasculares Terrestre Nativa

Tamarix africana Poir. Ámbito:
Terrestre
    Origen:
Nativa
    Identificador:
8547

Grupo Taxonómico

Plantas vasculares

Taxonomía

  • Autor: Poir.
  • Reino: Plantae
  • División o Filo: Tracheophyta
  • Clase: Magnoliopsida
  • Orden: Caryophyllales
  • Familia: Tamaricaceae
  • Género: Tamarix

Estado legal y de conservación

LC

Estado UICN (Mundial):  LC (Preocupación menor)

Descripción

Presentan un sistema radical muy desarrollado, que puede alcanzar grandes profundidades y abundante ramificación. Las ramas más viejas tienen la corteza de color pardo, pardo rojizo o negruzco, con abundantes lenticelas. Las hojas son alternas, simples, sentadas, de tamaño muy reducido, generalmente con aspecto de escamas, y pueden ser glabras o presentar en su epidermis glándulas que acumulan sal. Las especies autóctonas en España son arbustos de hoja caduca, generalmente de 2 a 4 m de altura; algunas de ellas pueden crecer hasta 10 m en lugares con mayor disponibilidad hídrica. Es difícil diferenciar las especies de Tamarix, ya que hay pocos rasgos distintivos de fácil visualización; además, la mayoría de estos caracteres de diagnóstico están asociados a las flores, presentes sólo en cierto período del año. En concreto, puede resultar particularmente complejo distinguir, por caracteres externos, T. canariensis de T. gallica, o éstas de las formas estivales de T. africana (Baum, 1978). La dificultad de adscribir un individuo a una u otra especie, teniendo en cuenta rasgos morfológicos, concuerda con los resultados obtenidos por Gaskin y Schaal (2003), que no logran discriminar genéticamente T. gallica y T. canariensis.

FUENTE: Producción y manejo de semillas y plantas forestales

Idioma Nombre
Castellano Taraje
Castellano Sauce salado
Castellano Tamarindo
Castellano Tamarisco
Castellano Taray
Catalán Bruc de riera
Mallorquín Tamarell bord
Mallorquín Tamarell femella
Valenciano Tamarell
Valenciano Tamarí
Valenciano Tamarill
Valenciano Tamarisc
Valenciano Tamarit
Valenciano Tamariu
Valenciano Tamariua
Valenciano Tamaró
Atributo Descripcion Fuente
Distribución

El género Tamarix se distribuye en Asia, África y Europa meridional. En España, sus especies crecen principalmente en el este y sur de la Península y en los archipiélagos balear y canario. Se encuentran en cauces de corrientes discontinuas, en depresiones húmedas, lagunas y arenas litorales, pero también en bordes de cursos de aguas permanentes.

Producción y manejo de semillas y plantas forestales
Hábitat

Los tarajes son elementos típicos de climas áridos y semiáridos, que superan prolongados períodos de sequía por su capacidad de prospectar agua a grandes profundidades. Así, la morfología de sus sistemas radicales se adapta a las condiciones hídricas de la zona; pueden llegar a más de 30 m de profundidad (Baum, 1978) y, cuando alcanzan el nivel de las aguas subterráneas, pueden extenderse de manera horizontal, hasta más de 50 metros (Di Tomaso, 1996). Las raíces también se extienden horizontalmente cuando encuentran capas densas de arcillas. Asimismo, son capaces de producir yemas adventicias.

Los tarajes son especies heliófilas. Los ejemplares adultos son muy sensibles a la sombra, alterándose su morfología foliar y reduciendo su capacidad de reproducción (Stevens, 1990). No son muy exigentes en cuanto a suelos, aunque tienen una leve preferencia por los alcalinos (pH=7,5) (Di Tomaso, 1998). Se desarrollan en sustratos de textura muy variable, desde arenosa, limo-arenosa, limosa a arcillosa.

Son capaces también de instalarse en suelos con un amplio rango de contenido en sales (Tesky, 1992). En suelos con baja salinidad pueden soportar largos períodos de sequía. Tamarix boveana y T.

canariensis se adaptan a ambientes con mayores concentraciones de sal. T. canariensis, T.

gallica y T. africana son capaces de tolerar mejor el frío, adentrándose en zonas más continentales. Son muy tolerantes a las crecidas y a las altas concentraciones de sólidos disueltos (Gladwin y Roelle, 1998; Roelle y Gladwin, 1999). Las plantas adultas pueden sobrevivir con el sistema radical inundado unos 100 días, y con la planta entera bajo las aguas hasta 70 días (Brotherson y Field, 1987).

Sin embargo, no son tan resistentes como los sauces a la presión de las corrientes de agua de avenidas, y se descalzan más fácilmente por la menor flexibilidad de sus ramas; por ello, suelen proliferar en ríos en los que la frecuencia y la magnitud de las crecidas son menores o se han visto reducidas por la acción humana. Los tarajes son capaces de rebrotar de cepa después de un incendio, en ocasiones de manera muy intensa. En lagunas y ramblas salobres con cortos períodos de inundación forman tarayales las especies con mayor capacidad de soportar altas concentraciones de sal, acompañadas por quenopodiáceas y otras especies propias de estos ambientes. En ramblas menos salinas del tercio sur y del este peninsular, T.

canariensis, T. africana y T. gallica se mezclan con la adelfa y especies de gramíneas; y con el sauzgatillo (Vitex agnus-castus) en Cataluña y en algunos puntos de Andalucía.

Los tarajes dan lugar a formaciones más o menos densas en función de la disponibilidad de agua, presentándose como pies dispersos en zonas particularmente áridas. También se puede encontrar en ambientes continentales, en depresiones húmedas y lagunas interiores y en ciertos tramos fluviales, especialmente en depósitos de gravas de tamaño medio a grueso, cuyas condiciones de mayor aridez estival hacen que los tarajes compitan con ventaja con los sauces (Blanco et al., 1997).

Producción y manejo de semillas y plantas forestales
Reproducción

Las flores de los tarajes presentes en España son hermafroditas, menudas, tetrámeras o pentámeras, de color blanco o rosado y presentan una bráctea. Se disponen en racimos alargados, que pueden aparecer en ramas del año anterior o de años previos (inflorescencia invernal) o en ramas del año (inflorescencia estival) (Baum, 1978). Las inflorescencias invernales aparecen entre marzo y mayo, mientras que las estivales suelen hacerlo en verano u otoño. La aparición de las inflorescencias puede variar en una misma especie, en función de las condiciones climáticas del sitio y del año, aunque en algunas de ellas este carácter es más estable que en otras (por ejemplo, T. boveana florece en primavera).

El androceo, formado por varios estambres insertados en un disco nectarífero, tiene una gran relevancia para la identificación taxonómica. El ovario está formado por 3 o 4 carpelos, cada uno de ellos con su estigma. La polinización es entomófila. Los frutos son cápsulas de 2 a 8 mm, que se abren a la madurez liberando gran cantidad de pequeñas semillas.

La producción potencial de semillas es muy alta; Tomanek y Zeigler (1962) estiman que un ejemplar maduro puede producir 0,5-1 millón de semillas por año. La dehiscencia tiene lugar en primavera, desde abril, o en otoño, en concordancia con la época de floración. La germinación de las semillas, si las condiciones de humedad son las adecuadas, tiene lugar en las 24 horas siguientes a su diseminación (Di Tomaso, 1998).

La retirada progresiva de las aguas en las orillas de un río o embalse crea condiciones óptimas para la germinación, aunque la supervivencia de las plántulas depende de que no se produzcan otras crecidas durante varios meses después de la nascencia (Brock, 1994). Las plántulas de los tarajes encuentran condiciones especialmente favorables para su desarrollo en suelos saturados de terrenos abiertos y soleados con escasa competencia por otras plantas (Frasier y Johnsen, 1991). Una vez que los brinzales se han establecido, son muy resistentes a la desecación. La mortalidad de las jóvenes plantas es alta si se producen crecidas capaces de erosionar la zona en las que están implantadas, o bien si la inundación de las plantas se alarga entre 4 y 6 semanas, o cuando los suelos se secan con demasiada rapidez.

Las plántulas pueden ser arrancadas incluso por un flujo débil de agua (Di Tomaso, 1996). Cuando las condiciones no son adecuadas para la germinación, las semillas pierden viabilidad en poco tiempo. Así, en el caso de que estén expuestas a insolación directa, mantienen la capacidad de germinar durante unos 24 días, mientras que, si están más protegidas del calor, pueden alcanzar una viabilidad máxima de 45 días (Zimmerman, 1997; Carpenter, 1998).

Asimismo, las semillas producidas durante épocas más frescas permanecen viables durante un período hasta tres veces superior al de las semillas generadas en los meses de más calor (Zimmerman, 1997). Los tarajes también se reproducen naturalmente a partir de segmentos de tallos y raíces, que son arrancados y arrastrados en épocas de crecidas. Estos segmentos enraízan rápidamente en suelos húmedos, pero, cuando se produce el secado del suelo, pierden en poco tiempo su capacidad de arraigo. También es frecuente la propagación asexual por acodo, con la producción de nuevas plantas a partir de raíces adventicias, generadas después de que las plantas hayan sido cubiertas total o parcialmente por sedimentos+ Los tarajes pueden rebrotar de cepa (Brock, 1994).

Producción y manejo de semillas y plantas forestales
Autoridad Aplicación Conservación
UICN LC (Preocupación menor) Mundial
  • - Lista patrón de las especies silvestres presentes en España
  • - Inventarios florísticos recopilados en los trabajos de campo del Catedrático D. Juan Ruiz de la Torre
  • - Lista de la flora vascular de España. Septiembre 2013.
  • - Catálogo Balear de Especies Amenazadas y de Especial Protección
  • - Estrategia de conservación y de lucha contra amenazas de plantas protegidas ligadas al agua
  • - CONECT-e (CONocimiento ECológico Tradicional). Abril 2020.
  • - Programa Seguimiento Fitosanitario Parques Nacionales
  • - Lista Roja de la UICN (Mundial) - IUCN Red List of Threatened Species (Global Assessment)
  • - Producción y manejo de semillas y plantas forestales
  • - Mapa Forestal de España a escala 1:200.000 (MFE200), 1985-1996.
  • - Mapa Forestal de España a escala 1:1.000.000 (MFE1000), síntesis del MFE200.