Meles meles (Linnaeus, 1758) Nombre:

Tejón

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

11709

Se distribuye por gran parte del Paleártico, desde los 15º N a los 65-70º N, y desde Irlanda a Japón. Los límites de distribución en el norte están definidos por la taiga boreal, y en el sur por ambientes desérticos y de alta montaña. Está presente en toda Europa excepto en el norte de Escandinavia y Rusia; incluyendo las islas de Rodas y Creta, y también en Jordania, Israel y Palestina. Ocupa prácticamente toda la Península Ibérica, desde los hábitats de montaña de la región Eurosiberiana y Mediterránea a los ambientes áridos de Almería en los que vive en zonas donde se concentran los cultivos y huertos tradicionales.

En el mapa de distribución se observan amplias zonas donde no hay citas de la especie debido a la escasez de datos. El hecho de que los tejones estén profusamente presentes en aquellas zonas muestreadas sistemáticamente como el País Vasco, La Rioja, Cataluña, Comunidad Valenciana o la provincia de Granada hace sospechar que muchas de las cuadrículas en blanco sean muy probablemente zonas donde la especie está presente pero no ha sido aún detectada. Por el contrario, está ausente de zonas densamente urbanizadas, zonas esteparias sin rodales de vegetación ni arroyos bien conservados y aquellas dedicadas a cultivos intensivos (como por ejemplo la costa levantina).

Está ausente de las Islas Baleares y Canarias, así como de todo el continente africano.

En Doñana los partos ocurren de noviembre a enero, siendo el celo a las pocas semanas del parto. La implantación diferida del blastocito se produce en otoño y nacen entre una y cuatro crías. En esta misma zona, sólo la hembra dominante cría cada año, mientras que en áreas de más alta densidad en las que los tejones viven en grupos de mayor tamaño, es probable que más de una hembra pueda criar al mismo tiempo. Los machos alcanzan la madurez sexual a los doce meses de edad.

Las hembras pueden parir por primera vez a los dos años de edad.

Ocupan bosques caducifolios, mixtos y de coníferas y paisajes agro-silvo-pastorales con setos y sebes de la franja Eurosiberiana de la Península; zonas de bosque y matorral mediterráneo; zonas abiertas con profusión de pequeños rodales y manchas de vegetación densa o de ribera. Evitan las zonas encharcadas y aquellas carentes de cobertura vegetal (zonas alpina y subalpina). En el centro peninsular prefieren zonas montañosas de elevación media, con dehesas y plantaciones de coníferas, con cobertura de vegetación o roquedos, especialmente en las zonas más frescas durante el verano (umbrías y fresnedas). En Doñana seleccionan zonas de matorral con lentiscos, y evitan pinares y dehesas.

Es un omnívoro que consume raíces, frutos, setas, hongos subterráneos, moluscos, otros invertebrados, anfibios, reptiles y carroña. Los tejones maximizan el uso de los alimentos abundantes y predecibles, como la lombriz de tierra (Lumbricus spp.) en zonas del norte de la Península, o los gazapos, donde el conejo es abundante.

Localmente, el uso de métodos de control de depredadores (veneno, lazos, cepos) y la caza furtiva pueden poner en peligro la supervivencia de la especie. A mayor escala, se puede ver afectada por la fragmentación de la vegetación natural (transformaciones en regadíos, concentraciones parcelarias, canalizaciones de ríos, y grandes obras de infraestructura), y por la desaparición de pastizales tradicionales, que favorecían la heterogeneidad del paisaje a pequeña escala, en favor del matorral y de cultivos forestales.

Viven en territorios en los que al menos están presentes una hembra y un macho adultos y las crías del año. El tamaño del territorio depende de su riqueza, y de la distribución espacial de la presa principal (en Doñana entre 1 y 10 km2). Donde el alimento es abundante, los subadultos retrasan su dispersión, formándose grupos familiares con un gran número de individuos. Los tejones son nocturnos y descansan durante el día en madrigueras subterráneas (tejoneras).

En zonas de alta densidad es posible distinguir una madriguera principal, mientras que en los territorios de mayor tamaño, el número de tejoneras es elevado (hasta 41 por territorio), siendo imposible distinguir la principal.