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Espacios protegidos

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Nombre Figura de protección Descripción
Sistema Prelitoral meridional Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
En la parte basal, y también en las solanas y en la ladera oriental, predomina la maquia de carrasca y palmito (Querco-Lentiscetum). En la ladera occidental, con un clima más fresco y continental, el nivel basal está ocupado por carrascales (Quercetum rotundifoliae). En la zona más elevada, la vegetación potencial es el encinar montano (Quercetum mediterraneo-montanum). El nivel submediterráneo está formado, básicamente, por pinares de pino laricio (Violo-Quercetum faginae pinetosum salzmanni) y de pino rojo con gayuba (Arctostaphylo-Pinetum catalaunicae). En las partes más transformadas hay bojedales (Violo-Quercetum faginae buxetosum) y otras especies. En las zonas más húmedas de los niveles superiores, al sur del macizo, hay hayas (Primulo-Fagetum) y tejos (Saniculo-Taxetum), comunidades relictas de otras épocas más húmedas y frías. Las crestas, sometidas a fuertes vientos gran parte del año, presentan especies características de la alta montaña mediterránea, con comunidades propias de las montañas meridionales catalanas como la Erinaceo-Anthyllidetum montanae y la Conopodio-Festucetum gautieri. La vegetación rupícola es muy típica del macizo y de gran interés: el Jasonio-Linarietum cadevallii de las solanas, el Hieracio-Salicetum tarraconensis de las umbrías y el Antirrhinetum pertegasii de las sopeñas umbrosas. En esa vegetación rupícola destacan notables endemismos como el Salix tarraconensis, el Antirrhinum pertegasi, Brassica repanda dertosensis, Armenia fontqueri, Saxifraga longifolia, Erodium celtibericum, o la Knautia rupicola. Otras especies vegetales destacan por su rareza, como el Prunus prostrata, Brimeura fontqueri, Dryopteris submontana... o por aspectos fitogeográficos: Polygala calcarea, Gymnocarpium robertiarum, Primula vulgaris, Nepeta tuberosa? Los ambientes húmedos presentan algunas especies relícticas como, por ejemplo, la tiraña (Pinguicola dertosensis), endemismo carnivoro del macizo que se encuentra en las goteras calcáreas. Las hayas de esas montañas resultan especialmente interesantes, por ser de las más meridionales de la Península Ibérica y haber sido protegidas con medidas especiales a través de la Reserva Natural Parcial de Les Fagedes dels Ports. Los alrededores de la sierra constituyen importantes zonas de cultivo tradicional de secano (almendros, olivos, etc.) que suponen una componente fundamental en la cadena trófica: fuente de alimento numerosas aves y animales. Desde el punto de vista faunístico, el elemento más espectacular es la población de cabra salvaje, especie endémica de la Península Ibérica, que en Els Ports está regulada cinegéticamente por la Reserva Nacional de Caza. La nutria y el gato montés son algunos de los mamíferos protegidos del macizo. Muchas aves encuentran en Els Ports las condiciones de hábitat o de refugio idóneas para vivir y nidificar. Destacan los grandes rapaces sedentarios (el buitre, el águila real, el águila perdicera, el azor, el halcón peregrino, el búho real...) y nidificantes estivales (el águila culebrera, el águila calzada...). Además hay otras especies escasas y protegidas como el roquero solitario, la oropéndola, el trepador azul, el agateador o el mirlo acuático. Los reptiles también tienen una representación abundante en Els Ports, ya que en ese espacio natural se puede encontrar más del 50% de los reptiles presentes en Cataluña. La salamanquesa rosada, el eslizón ibérico, la culebra de herradura y la víbora hocicuda son exponentes relevantes de la población de reptiles. En el caso de los anfibios la situación es similar, ya que en Els Ports figura más del 50% de especies de anfibios presentes en Cataluña. Se pueden observar especies tan interesantes como el gallipato, el tritón jaspeado o el sapillo moteado. La presencia de esas especies es muy importante, ya que indica la existencia de lugares húmedos y puntos de agua suficientes para su mantenimiento, algo que cabe destacar en un clima y un paisaje esencialmente mediterráneos. En los ríos destacan las poblaciones de especies autóctonas como la madrilla, la bermejuela o el cangrejo de río; entre los invertebrados, hay especies, endémicas del grupo de los moluscos, arácnidos y coleópteros, que figuran en la lista de especies protegidas por el Plan de Espacios de Interés Natural de Cataluña.
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Tossals d Almatret i Riba Roja Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
Los Tossals de Almatrets delimitan un conjunto de acantilados calcáreos abruptos que desaguan al Ebro y que definen un paisaje característico en torno al río. El espacio de Riba-roja d´Ebre comprende los desniveles calcáreo-arcillosos de las sierras de Berrús, y la Fatarella en torno al embalse de Riba-roja d´Ebre. El "aiguabareig" de los ríos Matarranya y Ebro presenta valores paisajísticos notables. La cola del embalse de Riba-roja d´Ebre también presenta un interés particular por la diversidad de formas que ofrece. Los espectaculares desfiladeros abiertos sobre los materiales blandos por el Matarranya y el Ebro contribuyen a remarcar la espectacularidad paisajística de este espacio. Suponen uno de los mejores representantes del paisaje de pinares de pino carrasco del sur de la Depresión Central, en la transición entre el país de la máquia continental y el carrascar. Con las mismas características que Almatret acoje una zona más representativa y más diversa, tanto por la mayor extensión del espacio dónde los cultivos pierden importancia, como por la diversidad del relieve, con mayor amplitud altitudinal y cambios de orientaciones notables. Acoje una especial riqueza de especies meridionales y continentales típica de la zona. Es un país diferente por su flora de todo el resto de Catalunya, con rincones especialmente bien conservados. Los pinares de pino blanco (Pinus halepensis) se enriquecen en las umbrías y fondos de valle con varias especies de afinidad marítima (Viburnum tinus, Arbutus unedo, Phyllirea latifolia ...). En condiciones normales el sotobosque del pinar está constituido por maquias continentales de carrasca y espino negro (Rhamno-Cocciferatum pistacietosum) y por las malezas de romero con perdiguera (Rosmarino-linetum suffruticossi y Genisto-Cistetum clussi). Los pinares constituyen comunidades permanentes en lugares especialmente secos y sobre suelos esqueléticos. Los áridos y secos páramos y de terófitos son frecuentes en las praderas secas. La cola del embalse de Riba-roja y los torrentes próximos permiten el establecimiento de fragmentos de vegetación aguanosa, como cañaverales (Typho-Schoenoplectetum glauci) o de saucedas. La diversidad de hábitats que presenta el espacio, su situación geográfica y la notable extensión de un enclave poco antropizado dentro de un área fuertemente humanizada permite el desarrollo de una rica y variada fauna. De la fauna vertebrada destaca la presencia de notables especies de mamíferos de bosques mediterráneos o de numerosas especies de aves que tienen su área de cría y alimentación dentro este espacio. La presencia de las esplanadas secas del espacio separadas por una gran superficie de agua contribuye a enriquecer el territorio. La fauna ornitológica e ictiológica presenta algunos elementos destacables. Dentro del primero destacan las especies acuáticas que pueblan tanto el embalse de Riba-roja, como el ?aiguabarreig? Ebro-Matarranya con la presencia de especies como el Milano negro, el Alimoche , el Duque, el Alcaraban, el Martin pescador y el Buitre, entre otros. La repoblacion de los sistemas acuáticos es muy interesante, con especies como el barbo (Barbus graellsi), la madrilla (Chodrostoma toxostoma), la Bagra (Laeciscus cephalus), el gobio (Gobio gobio) o la babosa de río (Blenius fluviatilis); también hay especies introducidas como el Lucio (Esox lucius) y el Siluro (Ictalurus melas). Hace falta decir que la Nutria y el turón aparecen con más o menos frecuencia en la zona. El espacio acoje una notable diversidad de quirópteros cavernículas, con varias especies de cría. La fauna invertebrada, sin lograr valores relevantes, presenta algunas especies singulares como el molusco Margaritifera auricularia, muy raro en Catalunya.
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Curs alt del riu Millars Lugares de Importancia Comunitaria
(Categoría UICN: No aplica)
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L Alt Maestrat Lugares de Importancia Comunitaria
(Categoría UICN: No aplica)
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Penyagolosa Lugares de Importancia Comunitaria
(Categoría UICN: No aplica)
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Alt Palancia Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
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Riu Bergantes Lugares de Importancia Comunitaria
(Categoría UICN: No aplica)
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Rius del Raco d Ademus Lugares de Importancia Comunitaria
(Categoría UICN: No aplica)
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Tinença de Benifassa, Turmell i Vallivana Lugares de Importancia Comunitaria
(Categoría UICN: No aplica)
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Puebla de San Miguel Lugares de Importancia Comunitaria
(Categoría UICN: No aplica)
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Sabinar de Alpuente Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
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Arroyo Cerezo Lugares de Importancia Comunitaria
(Categoría UICN: No aplica)
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Zona maritimo terrestre de los acantilados de Aguadu Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La zona marítimo terrestre de los acantilados de Aguadú están situados en el extremo norte del territorio de Melilla, ocupando la línea de costa acantilada que sin solución de continuidad se prolonga hasta la punta del Cabo Tres Forcas en Marruecos. Se trata de un acantilado de alrededor de 100 metros de altura, protegido por una plataforma de abrasión que forma la Punta de Rostrogordo y que al tiempo, provoca la existencia de fondos rocosos de enorme limipieza que presentan un gran valor ecológico por la presencia de coralígeno mediterráneo hasta una profundidad aproximada de 20 metros. En esta fachada acantilada se presenta una columna estratigráfica visible a lo largo de la carretera que baja hasta la punta de Rostrogordo. Los materiales, sedimentarios en su mayoría, sufrieron la influencia de las erupciones volcánicas datadas en el Plioceno, por lo que presenta en su parte superior capas intercaladas de cineritas andesíticas. Los materiales sedimentarios, comenzando desde la parte superior del acantilado situado en la meseta de Rostrogordo están compuestos por una primera capa de travertinos procedentes de depósitos carbonatados de hasta 4 metros de espesor. Bajo la capa de travertinos aparecen las coladas de cineritas que dan paso a un nivel superior de molasas formadas por calcarenitas o calizas clásticas de color pajizo en donde se distinguen fenómenos de disolución cárstica que han formado simas y depósitos de arcillas rojas de descalcificación. Bajo esta capa de molasas se presentan unos potentes sedimentos de areniscas, de 45 metros, entre los que destacan fenómenos de erosión diferencial provocados por el viento de levante que combate la costa, y laminaciones convulsionadas y estratificación entrecruzada. Bajo las areniscas, se encuentra un nivel inferior de molasas, que en la punta de Rostrogordo entran en el mar, formando la plataforma de abrasión. Bajo estos sedimentos existe una capa de margas grises que en la punta de Rostrogordo no es visible pero que aparece en el nivel del mar en las porciones más al norte del acantilado. La existencia de pozos en Melilla se explica en esta sucesión de sedimentos por la gran porosidad de las areniscas, por la acción cárstica sobre los carbonatos superiores y por la presencia de las margas grises, que con su carácter impermeable permiten la existencia de acuíferos. De aquí viene el nombre de "Aguadú" para la zona, que refiere la presencia de "agua dulce" a orillas del mar en aquellos lugares en que la capa de margas grises aparece sobre la cota 0, apareciendo surgencias en las molasas de aguas de infiltración. La erosión de la zona es importante debido a la acción del viento de levante y del mar. El efecto de esta erosión y la presencia de sedimentos carbonatados y silíceos ha provocado la existencia de suelos, que aunque inestables debido a frecuentes desprendimientos y a deslizamientos de las acumulaciones de arcillas, han permitido la colonización de aquellos lugares de menor pendiente, presentando una diversidad de hábitats que aporta diversidad a la vegetación entre los que destacamos la presencia de matorral halonitrófilo (Pegano-Salsoletea) y vegetación de acantilados mediterráneos con Limonium. La porción de acantilado más vertical y más alejada de la punta de Rostrogordo se encuentra protegida del mar por una superficie amplia sobreelevada de la orilla del mar por unos 10 metros en la que se presenta matorral termomediterráneo calcícola, con intrusiones de vegetaciones próximas, como Pinus halepensis, Phoenix canariensis, Ficus carica... En la parte superior del acantilado, en contacto ya con los límites fronterizos, la erosión ha abierto barrancos que dejan en superficie suelos silíceos originados por la capa interpuesta de cineritas, apareciendo especies que no se pueden encontrar en otros lugares de Melilla, destacando varias especies de jaras (Cistus), con influencia de pinos y acacias de la repoblación próxima, y la presencia de Helyanthemum caput-felis. En el contexto de la Ciudad de Melilla, la zona de acantilados de Aguadú ocupa una situación privilegiada desde el punto de vista paisajístico, pues la existencia de miradores sobre el acantilado a 100 metros sobre el nivel del mar, ponen a la población en contacto con el único paisaje no urbanizado del territorio en donde la conjunción tierra-mar, especialmente a la luz y transparencia del aire originados por los vientos de poniente, constituye un auténtico espectáculo visual.
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Barranco del Nano Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El barranco del Nano es una zona agreste por tratarse de la caída desde las alturas de la meseta de Rostrogordo, que llega a ser de 123 metros, hasta el valle del Río de Oro, sólo a 30 metros. En las últimas décadas ha escapado a la influencia negativa humana al ser terrenos de utilización militar excluidos de la circulación de personas y vehículos. Forma un profundo valle con vertientes de alta pendiente que pueden ser superiores a los 80 metros de desnivel, y por lo tanto con un grado de insolación bajo durante gran parte del día. En la cabecera del valle, en la meseta, se presentan terrernos menos inclinados dominados por una costra travertínica que ha desaparecido aguas abajo debido a la erosión fluvial y eólica. Conforme se baja por el valle van apareciendo los materiales sedimentarios existentes bajo la costra travertínica, dominando las areniscas y más localmente las molasas. Los terrenos superiores, desprovistos de cubierta vegetal, han originado litosoles poco desarrollados que son colonizados por Asphodelus, constituyendo una pseudoestepa de gamones. Los terrenos excavados por las fuertes lluvias torrenciales dan paso en las laderas a la aparición de fluvisoles, que a veces pueden tener un espesor superior a 100 cems y que han originado la existencia de algunas huertas y más puntualmente, arenosoles producto de la erosión de las areniscas. La fuerte pendiente general del terreno, con las consiguientes dificultades de acceso y el uso militar han evitado la completa sustitución de la vegetación ancestral por vegetación nitrófila, al tiempo que ha evitado algunas formas de contaminación orgánica de gran influencia en terrenos cercanos por la presencia de un Parque periurbano de uso social y recreativo. Estas son las causas de que, tanto en estos barrancos como en terrenos militares próximos existan algunos ejemplares de Tetraclinis articulata, especie sólo presente en Europa en la Comunidad española de Murcia, lo que constituye el principal valor ecológico del terreno desde el punto de vista botánico. Una parte de las laderas están cubiertas por pequeñas masas de Pinus halepensis de repoblación, apareciendo en el resto del terreno algarrobos, higueras y acebuches (Ceratonia siliqua, ficus carica y Olea europaea). Otra singularidad de la zona es la presencia del arroyo de Tigorfaten, que entrando desde Marruecos, confluye en territorio melillense con el barranco del Nano propiamente dicho. La entrada de este cauce es importante debido al efecto de barrera biogeográfica para algunas especies de las alambradas que establecen los límites fronterizos. Ningún animal de tamaño medioo o grande puede atravesar las alambradas salvo por los dispositivos de control de caudal situados bajo los puentes. Por ello, este terreno es visitado por especies como chacales, por ejemplo.
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El sistema de referencia nativo de los datos es WGS 84 (CRS84) en coordenadas geográficas -  EPSG 4326.

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