Plecotus teneriffae Barrett-Hamilton, 1907 Nombre:

Murciélago orejudo canario

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

12303

Restringido a las islas de Tenerife, La Palma y El Hierro. Probablemente exista también en La Gomera.

El celo se inicia a finales del verano, hacia el mes de septiembre. En el mes de mayo se han hallado hembras gestantes, y la única colonia de cría de la que existen datos publicados (Cueva de los Murciélagos, La Palma) se observó en el mes de julio y estaba constituida por 37 hembras (26 produciendo leche) y 22 crías (algunas volaban bien y otras apenas lo hacían). También en otras cuevas volcánicas de Tenerife se ha encontrado hembras produciendo leche en el mes de julio, y otras, con indicios de haber finalizado el período reproductor en el mes de agosto. Una pequeña colonia de 26 individuos ubicada en el techo de una pequeña cueva durante los primeros días de septiembre, contenía al menos nueve hembras adultas que habían dado leche, seis hembras y cinco machos juveniles capaces de volar perfectamente, y otros seis ejemplares que no fueron capturados.

Especie muy ligada a las masas boscosas, pinar, pinar mixto, monteverde (aunque más al fayal-brezal que a la laurisilva). También al piso supracanario seco, más raramente a vestigios termófilos y al cardonal-tabaibal con vegetación típica de acantilados norteños. Los refugios detectados para este quiróptero han sido tubos volcánicos, generalmente utilizados sólo durante la noche, galerías de agua, bovedillas en casas y construcciones abandonadas y, otras cuevas naturales y artificiales. El rango altitudinal oscila entre 100 m y 2.300 m.

El análisis de los restos de sus presas depositados en los refugios revela una alta predilección por lepidópteros noctuidos (géneros Noctua, Euxoa, Agrotis, Caradrina, y Paranataelia), limántridos (Calliteara fortunata, especie defoliadora que forma plagas en los pinares de Canarias), y geométridos (géneros Cleora y Gnophos), así como microlepidópteros indeterminados y coleópteros cerambícidos.

Desconocido, Menor de 500 individuos.

Se debería adecuar el enrejado de la Cueva de los Murciélagos para que no pasen visitantes a su interior. Habría que llegar a un acuerdo entre las administraciones y los propietarios de las galerías de agua para poder sustituir los enrejados verticales y con poca separación entre barrotes que hay en la mayoría de éstas, por otros horizontales y con las medidas adecuadas para que P. teneriffae pueda pasar sin dificultad entre los hierros o tubos metálicos. Convendría también proteger otras cavidades donde se conoce la existencia de colonias de cría y preservar las zonas forestales (pinares y fayal-brezal).

Las molestias en los refugios parecen ser la principal amenaza (Trujillo, 2002). Con respecto al refugio mencionado en el apartado anterior, que se ubica al lado de unos conocidos manantiales muy visitados a pesar de estar protegido por un enrejado de tubos metálicos para evitar la entrada de visitantes, es posible acceder a su interior por la separación existente entre algunos de sus barrotes. Se tiene constancia de al menos un ejemplar colectado en dicha cueva que se encuentra depositado en una colección privada de animales en el municipio de Tazacorte, isla de La Palma (Trujillo, 2002). Otro problema que debe de afectar a este quiróptero es el enrejado vertical de la mayoría de galerías de agua que se encuentran en las zonas forestales de La Palma y Tenerife.

La particular disposición de las rejas, unida, por lo general, a la escasa separación que se deja entre las mismas, hace casi imposible la ocupación de estas cavidades por el orejudo canario (Trujillo, 2002). Los biocidas utilizados en cultivos cercanos a zonas boscosas, la pérdida de estas mismas formaciones forestales y el taponamiento de agujeros en bovedillas y bloques en edificaciones son otras amenazas a considerar (Trujillo, 2002).

Se ha comprobado movimientos de individuos anillados entre refugios que distan de 5 a 6 km, tanto en Tenerife como en El Hierro. La colonia de la Cueva de Los Murciélagos, en La Palma, parece estar presente sólo durante el período reproductor. La mayoría de las capturas realizadas en las bocas de cuevas y galerías han sido sobre individuos que estaban entrando en el refugio, por lo que cabe suponer que esta especie debe refugiarse más de lo esperado durante el día en grietas de paredes de barrancos, etc. Se ha observado ejemplares cazando sobre pequeños arroyos a tan sólo 1 m del suelo y en el interior de pinares.

Raramente ocupa viviendas habitadas; sólo se conoce el caso de unos pocos ejemplares que se refugiaban en agujeros de bloques de una casa habitada en La Palma.

No se tienen datos del número de individuos que integran su población (Trujillo, 1991, 2002; Fajardo y Benzal, 2002), quizá entre 500 y 2.000 individuos. La mayor colonia de cría conocida constaba de 61 individuos en los años 80 (Trujillo, 1991; Trujillo y Barone, 1991) y desde entonces ha visto drásticamente reducido su número posiblemente a causa de las continuas molestias ocasionadas por los visitantes a la cavidad (Trujillo, 2002).

Propuestas: - Protección legal de refugios e instalación de barreras para impedir el acceso de las personas a los mismos, al tiempo que no altere el microclima de su interior. En 1983, la Cueva de los Murciélagos (Isla de La Palma) se cerró con una reja así diseñada y la colonia remontó, desde los 15-20 ejs. con que contaba entonces hasta 60 censados cinco años después. - Programas de conservación que compensen las molestias producidas por los murciélagos a propietarios o administradores de edificios donde ubican colonias de cría.

- Evitar tala de bosques y prevención y control de incendios. - Inventariación de poblaciones y estudio de su dinámica. - Control del uso masivo de insecticidas.

- Control de la transformación del uso del suelo para usos agrícolas Existentes: - Se han impartido charlas y publicado artículos divulgativos para dar a conocer la problemática de los murciélagos en general y sus beneficios como insecticidas naturales.