Corylus avellana L. Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

3755

Se encuentra en Europa y el oeste de Asia. En toda la Península Ibérica, falta en las Islas Baleares.

Florece de enero a marzo.

Vive en lugares umbríos, frescos, en el sotobosque de caducifolios, hasta 1900 m.

Actualmente el avellano no tiene la importancia que tuvo anteriormente. Sus frutos como alimento siguen teniendo el mismo peso que en el pasado, pero el uso de las varas para la elaboración de herramientas y utensilios ha decaído. Aun así, la planta es bien conocida y, por ejemplo, hoy en día todavía podemos ver tanto a muchos ganaderos como a numerosos paseadores usando varas de avellano.

El avellano es una especie monoica, de flores unisexuadas y de polinización anemófila. La floración se produce en invierno, desde finales de diciembre (materiales precoces) hasta mediados de marzo (materiales tardíos). La polinización tiene lugar durante un período en el que las condiciones climáticas son poco favorables al desarrollo biológico de este delicado proceso. Sin embargo, la gran superficie receptiva de los estigmas (Romisondo, 1965), la abundancia de polen y la resistencia de los órganos florales al frío, son algunas de las características de la especie que permiten asegurar un buen grado de polinización.

Suele presentarse un desfase entre la floración masculina y la femenina (dicogamia), que puede ser de algunos días o incluso de semanas. En general, el período de receptividad de los estigmas es más largo que el de la emisión de polen. La mayor o menor amplitud de los períodos de floración está estrechamente ligada a las condiciones climáticas, por lo que varían con el año y la estación (Mehlenbacher, 1991; Germain y Sarraquigne, 2004). Las flores se agrupan en inflorescencias sobre madera de un año.

Las femeninas forman un glomérulo (o yema) constituido, normalmente, por 8 flores femeninas. Este glomérulo se distingue de las yemas vegetativas por ser más globoso. Las yemas femeninas pueden estar aisladas o agrupadas, a su vez, en dos, tres o más en la base del pedúnculo de los amentos (Germain, 1991).

La flor femenina posee un gineceo bicarpelar y dos estilos que se unen por la base en el punto donde existe el esbozo del ovario, que se formará sólo después de producirse la polinización (Mussano et al., 1983). En cada flor habrá un solo ovario, bilocular y de placentación axil. En la floración emergen los estigmas de un rojo intenso.

La flor en este estado es receptiva durante mucho tiempo, aproximadamente un mes, con un óptimo a los 15 días después del inicio de la floración (Germain y Sarraquigne, 2004). Las flores masculinas forman inflorescencias péndulas, llamadas amentos. Cada amento está constituido por 130-280 flores. Estas flores producen una cantidad ingente de polen, muy ligero y fácilmente transportable a grandes distancias por el viento.

Las flores tienen una notable resistencia al frío, las femeninas soportan temperaturas de –13 ºC y las masculinas de -16ºC, cuando están en desarrollo, y -7 ºC en plena floración. A finales de julio la semilla ya está completamente desarrollada y la cáscara totalmente diferenciada. En agosto-septiembre se observan las núculas maduras.

El fruto está protegido por un involucro habitualmente dehiscente a la maduración. La avellana es una núcula de cáscara generalmente fina, que encierra una semilla comestible muy sabrosa, que llena completamente la cáscara.