Chloris gayana Kunth Ámbito:

Terrestre

    Origen:

No nativa

    Identificador:

9968

Especie originaria de África tropical oriental y meridional, de Kenia a Sudáfrica.

Florece de marzo a agosto. Se reproduce fácilmente por semillas y por estolones.

Se adapta a un amplio rango de ambientes, desde zonas húmedas hasta desérticas tropicales. Es capaz de vivir con tan sólo 300 mm de precipitación anual, aunque su óptimo está en los climas tropicales y subtropicales con máximos estivales y un periodo moderado de sequía. En lo que respecta a las temperaturas, su intervalo de medias se sitúa entre 8,4 y 27,8 ºC; no soporta las heladas fuertes o prolongadas. En cuanto al suelo, se adapta a un amplio rango de pH (4,5-8,4), prefiriendo los substratos básicos y fértiles de textura franca.

No obstante, prospera sin problemas en suelos ricos en sodio, arenosos o arcillosos. En algunas zonas llega a elevada altitud (en Kenia llega a los 2.400 m). A menudo forma poblaciones monoespecíficas, colonizando esencialmente ambientes ruderales y viarios sobre suelos con algo de humedad edáfica y clima cálido.

Se cultiva ampliamente en los trópicos y subtrópicos como forrajera, existiendo numerosos cultivares adatados a diferentes condiciones ambientales y agronómicas.

En España, solamente se ha naturalizado en la costa mediterránea, a nivel local y en ambientes de escaso valor ecológico, no suponiendo desde el punto de vista de la Biología de la Conservación un problema grave, por el momento, aunque no deja de ser una especie potencialmente peligrosa a tenor de lo observado en otras zonas del mundo climáticamente afines.

A, AL, B, CA, CS, GI, MU, T, TF [Tf], V. Tendencia demográfica expansiva.

En cuanto a las medidas preventivas, debe controlarse la pureza de los lotes de semillas de los cultivos agrícolas si proceden de zonas donde existe este especie. Debe realizarse, dentro de lo que se consideran buenas prácticas agrícolas, una limpieza escrupulosa de la maquinaría y los aperos. Queda totalmente desaconsejado su uso en revegetación de taludes y en plantaciones y siembras de carreteras. Los métodos mecánicos tienen una eficacia relativa debido a la presencia de estolones difíciles de ver y de extraer que pueden dar lugar a ulteriores reinvasiones.

En todo caso, debe procederse tan pronto como se detecten los primeros individuos, a ser posible antes de la fructificación. En cuanto al control químico, pueden emplearse herbicidas utilizados habitualmente para el control de gramíneas perennes, como el alacloro (plántulas), glifosato, aminotriazol + glifosato, glufosinato, cicloxidim, fenoxaprop-p-etil, imazapir, MSMA, propaquizafop, etc. Por tratarse de una planta forrajera, se han encontrado y descrito numerosas plagas y enfermedades, algunas de las cuales pueden tener interés como agentes de control biológico.

Entre los hongos fitopatógenos que atacan a esta especie están Aspergillus flavus, Cerebella andropogonis, Cladosporium sp., Claviceps sp., Cochliobolus heterostrophus, Fusarium equiseti, Fusarium oxysporum, Helminthosporium carbonum, Himaydis sp., Nigroscopora sphaerica, Puccinia chlorides, Phytium aphanidermatum, Tolyposporium chlorides, Trichoderma sp., Uromyces kenyensis, etc. También existen algunas fanerógamas parásitas que encuentra en esta planta su huesped, como Striga lutea y Striga asiatica (Scrophulariaceae), aunque todas alóctonas de la Península Ibérica y por tanto totalmente desaconsejadas. En cuando a los nematodos parásitos de Chloris gayana se han observado las especies Helicotylenchus dihystera, Helicotylenchus nannus, Helicotylenchus pseudorobustus, Helicotylenchus cavenesii, Hemicycliphora truncata, Hoplolaimus pararobustus, Meloidogyne acronea, Meloidogyne incognita, Meloidogyne javanica, Pratylenchus bravhyurus, Rotylenchurus reniformis, Scutellonema, Clathricaudatum, Trichodorus minor, Tylenchus spiralis, Xiphinema elongatum, Xiphinema ifacolum, etc.

y entre los insectos Spodoptera frugiperda (Lepidoptera) y Mocis latipes (Lepidoptera).