Cenchrus incertus M.A.Curtis Ámbito:

Terrestre

    Origen:

No nativa

    Identificador:

1080

Se trata de una especie originaria de América tropical y templado-cálida, con un área de distribución natural muy amplia en el Nuevo Mundo.

Florece de junio a septiembre. Se reproduce por semilla, pudiendo producir cada planta varios cientos de ellas. La diáspora la constituye el conjunto del involucro, que en la madurez se desprende entero y cuya dispersión es epizoócora. También puede ser dispersado por el agua.

Las plantas de mayor tamaño tienen capacidad para enraizar en los nudos. La luz ejerce un efecto inhibitorio sobre la germinación. La profundidad óptima para la germinación se sitúa entre 1 y 3 cm, aunque en suelos muy arenosos puede producirse hasta los 25 cm Las semillas no son muy longevas, pudiendo conservar la capacidad germinativa hasta tres años.

Prefiere los substratos arenosos y bien drenados, a veces incluso de arena pura como en las playas. En América habita en lugares alterados y ruderalizados, tales como cultivos, cunetas, eriales, etc. Se trata de una planta termófila, que en climas fríos no suele durar mucho (efemerófito). Resiste muy bien la sequía, tanto climática como inducida por la textura arenosa del suelo.

En sus regiones de procedencia, está considerada una mala hierba autóctona (sur de Estados Unidos, México, Argentina, Chile, etc.). En nuestro país invade playas arenosas, donde aparte de competir con la vegetación nativa, ya de por sí muy castigada y con muy escasa presencia debido a la influencia antrópica, resulta un peligro para los paseantes y bañistas, pues las robustas espinas de sus involucros producen dolosos pinchazos en los pies.

B, GI, T. Tendencia demográfica estable.

Debido a la fragilidad de los ecosistemas invadidos, el único método aceptable es la retirada manual de las plantas en las playas invadidas, debiéndose repetir la operación durante tres años hasta que se agote en banco de semillas del suelo. El pincha uvas no tolera bien las situaciones de sombreado, por lo que la existencia de una cobertura vegetal suficiente puede ser una eficaz medida preventiva. Desgraciadamente, en nuestras playas la cobertura vegetal es muy escasa, tanto por el tipo de vegetación natural que poseen, de por sí poco densa, como por el hecho de encontrarse, por lo general, destruida. En California, se han empleado herbicidas para su control, sobre todo en cultivos agrícolas.

Se han empleado con éxito glifosato, diuron, bromacilo (plantaciones de agrios), EPTC, fluazifop, trifluralina y MSMA (terrenos no cultivados). No se conocen bioagentes contra esta especie.