Dryocopus martius (Linnaeus, 1758) Nombre preferente:

Picamaderos negro

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

11684

Mundial. Especie paleártica y sedentaria, se extiende por el norte de España, Europa central y oriental, Escandinavia, Balcanes, Cáucaso y la taiga asiática hasta Hokkaido, Sajalin y Kamchatka, donde habita la subespecie nominal, y SO de China. España. La población se distribuye en dos núcleos separados: la cordillera Cantábrica y Pirineos.

El primero ocupa la mitad sur de Asturias, norte de León y Palencia, y la mitad occidental de Cantabria, y su límite occidental son los Ancares lucenses, y el oriental el río Pas. En Pirineos se encuentra desde el este de Guipúzcoa, norte de Navarra, Huesca, Lleida y Barcelona, hasta el NO de Girona. Al comparar su distribución con la del anterior atlas (Purroy, 1997), se aprecian varias diferencias.

Así, no ha vuelto a observarse en Madrid, donde se extinguió a mediados del siglo XX, y la distribución norteña se ha ampliado apreciablemente en Asturias, Cantabria y Huesca, debido a una sustancial mejora de la cobertura. Es muy dependiente de los bosques maduros húmedos de haya y coníferas. El núcleo pirenaico se encuentra en los pinares subalpinos de pino negro y los bosques montanos de abeto, haya y pino silvestre (Muntaner et al., 1983; Elósegui, 1985; Sampietro et al., 1998).

En la cordillera Cantábrica habita principalmente hayedos puros montanos, pero también en manchas mixtas con robles o abedul, o bosques de roble albar. En Picos de Europa, el 89% de los territorios se localizan en hayedos y el resto ocupan manchas mixtas de haya y roble albar (Simal, 2000).

La configuración ambiental que maximiza la probabilidad de detectar al picamaderos negro durante el invierno en unidades de 100 km2 incluye coberturas de hayedos densos por encima de 22 km2, si bien incluso en estas condiciones se trata de una especie poco frecuente (apenas un promedio del 2% de muestreos positivos). El índice de selección señala claramente la predilección por ambientes forestales de los pisos Montano y Subalpino de la región Eurosiberiana: hayedos y, en menor medida, pinares-abetales y bosques mixtos. La densidad media invernal descrita en las dos primeras formaciones alcanza las 0,03-0,04 aves/km2, y resulta muy inferior a otras densidades publicadas en la península Ibérica para la época reproductora (Garmendia et al., 2006), si bien hay que tener en cuenta que este valor indica su promedio en estos medios a escala nacional, y que, por tanto, debe de ser poco indicativa para la restringida área de distribución de la especie, al depender mucho de condiciones locales (Fernández y Azkona, 1996; Gorman, 2004). La aparición en otras masas de planifolios, como robledales, parece ser más habitual en la cordillera Cantábrica (Camprodón et al., 2007).

En los Pirineos catalanes se ha mencionado incluso la ocupación invernal de algunos encinares (Martínez-Vidal en Herrando et al., 2011), relacionada seguramente con la elevada movilidad que presentan los jóvenes (Gorman, 2011). Apenas se han publicado datos sobre la selección de hábitat, en cuanto a tipología y estructura forestal, fuera de la época de reproducción. No obstante, Bocca et al.

(2007) encontraron que el patrón de selección no variaba sustancialmente a lo largo del ciclo anual. El picamaderos negro prefiere descansar y dormir usando agujeros excavados en masas con dosel cerrado, árboles altos y gruesos (a partir de 35-40 cm de diámetro normal), poco ramificados y de corteza lisa (haya, álamo temblón) para dificultar la depredación. Estos ambientes coinciden, a grandes rasgos, con los utilizados para la nidificación (Garmendia et al., 2006; Martínez-Vidal, 2007).

Sin embargo, los hábitats de alimentación descritos en la literatura tienden a ser algo más abiertos y luminosos, con disponibilidad de madera muerta en pie y caída, y abundancia de hormigas (Lasius sp., Formica sp., Camponotus sp.), en las que se basa la dieta de la especie (Camprodón et al., 2007; Gorman, 2011).

Reproductor 550-900 parejas en los 90.

La implantación de planes técnicos de gestión y mejora forestal donde prevalezcan criterios de calidad y mejora silvícola comprometidos con la conservación, incidirán positivamente en su población. -.

Dada su estrecha dependencia del arbolado maduro, cualquier actividad que repercuta negativamente en los bosques autóctonos de la cordillera Cantábrica y Pirineos, incidirá en su conservación, principalmente los aprovechamientos extractivos agresivos que reducen el hábitat potencial o su destrucción directa para infraestructuras en alta y media montaña (estaciones de esquí, complejos hoteleros, etc.). Este último caso es especialmente alarmante en el Pirineo catalán. La caza directa para su naturalización es un factor que ha perdido relevancia en los últimos años.

Propuestas: - Conservación del hábitat mediante prácticas silvícolas adecuadas que no eliminen los árboles maduros ni produzcan grandes talas en los bosques. - Control de la caza ilegal.